sábado, 27 de diciembre de 2008

Matemáticas en Misa... YA

Somos un grupo de docentes de todos los niveles educativos que estamos muy preocupados por el bajo nivel cultural ennuestra sociedad, los altos índices de fracaso escolar y la proliferación de telebasura.
Para salir de esta situación queremos traspasar los muros de las escuelas, los institutos y las universidades, llevando la cultura y la educación a ámbitos en los que hasta la fecha hemos estado ausentes, en los que nuestra dejadez ha privado a muchos ciudadanos del derecho universal a la cultura.
Como primer paso, queremos llegar a un acuerdo con las autoridades eclesiásticas para que nos cedan un diez porciento del tiempo de las misas con el fin de que profesores especialistas en las distintas disciplinas puedan llegar más fácilmente a los creyentesmediante breves intervenciones didácticas. Estamos estudiando cuál sería el momento idóneo para insertar en las misas contenidos científicos y culturales, tal vez inmediatamente después de la consagración o justo antes del padre nuestro. Está claro que algunos feligreses podrían, con razón, objetar que ellos no tienen porqué aumentar sus conocimientos ni su cultura, ya que acuden a misa con el sólo fin de orar y escuchar la palabra de Dios. Para solucionar este problema, y aunque pudiera parecer inconstitucional, a la entrada a la iglesia les haríamos rellenar un formulario para que manifestaran su preferencia por la religión o la cultura.
Una vez identificadas estas personas, podrían abandonar en el momento adecuado la nave principal de la iglesia y reunirse en las capillas laterales, la cripta o el salón parroquial. Con el fin de evitar agravios, estas personas podrían recibir durante ese rato charlas de carácter no cultural ni educativo pero muy relacionadas con los contenidos que se estén impartiendo en ese momento al resto de los fieles desde el altar. Por ejemplo, los feligreses que no quieran repasar la tabla periódica, estudiarán los efectos perniciosos de los colorantes alimentarios, los que no quieran hacer ejercicios de educación físicapodrán ver un documental sobre la obesidad, y los que no quieran repasar los verbos irregulares ingleses podrían estudiar estadísticas sobre laimportancia de hablar idiomas en el mundo moderno.
Los obispos nos han adelantado que no habría problema en computar el tiempo de cualquiera deestas actividades como tiempo equiparable al dedicado a escuchar la palabra de Dios, a la oración, a la contemplación, la penitencia o a lacaridad y en ningún caso podrá discriminarse el acceso a la salvación eterna a los fieles en razón de sus preferencias religiosas o educativas.

Tampoco han puesto la más mínima objeción a la aparente contradicción derivada de que el contenido de las misas esté basado en lafe y las creencias, en contraste con la naturaleza científica y académica de los contenidos que habitualmente impartimos en las aulas. En un primer momento, las clases se impartirían sólo durante las misas obligatorias de los domingos y fiestas de guardar, para más adelante extenderse a otros actos religiosos de asistencia no obligatoria como bautizos, bodas, comuniones, funerales, ejercicios espirituales, ordenaciones sacerdotales e incluso ceremonias de canonización o beatificación.
Pero, ¿de dónde saldría el dinero para pagar al profesorado que trabaje los domingos? Sin duda alguna de los donativosque los fieles depositan en los cepillos, del porcentaje de impuestos destinados al sostenimiento de la Iglesia Católica o, en general, de los presupuestos de la Iglesia. Para garantizar la calidad de las enseñanzas impartidas, nuestra asociación gestionaría directamente el dinero aportado por la Iglesia y con él contrataría a profesores de sólida formación pedagógica y científica que se encargarían de impartir las clases durante las misas. Naturalmente, dado el carácter eminentemente laico de las clases, no dudaríamos en despedir fulminantemente a aquellos profesores que no mantuvieran una coherencia laica entre su vida profesional y personal haciendo cosas como casarse por la iglesia, acudir a misa semanalmente o participar en cualquier tipo de actos religiosos.
Finalmente, llevaremos nuestras negociaciones hasta el mismo Vaticano, con cuyas autoridades firmaríamos un concordato que garantizara lacontinuidad de nuestra noble tarea docente en las iglesias durante los años venideros.

¿Te parece un disparate? ¿Te parece difícil de conseguir? No es tan disparatado ni tan difícil. Ahí tenemos el ejemplo de los acuerdos entre la Iglesia y el Ministerio de Educación en torno a la asignatura de religión y su alternativa. Al final han conseguido lo que nadie hubiera creído posible. Entre tanto, puedes hacer llegar nuestra propuesta educativa a docentes, padres, alumnos, políticos, sindicalistas, medios de comunicación e incluso a las autoridades eclesiásticas. Tal vez así contribuyamos a que se entienda mejor lo que está ocurriendo en relación con la enseñanza de la religión en loscentros sostenidos con dinero público.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Interesante iniciativa que subscribo en su totalidad. Aunque tengo mis dudas, de fe claro, jejeje.

Toni Solano dijo...

No estoy de acuerdo: si hay un tiempo para las matemáticas, ¿por qué no para la lengua y literatura? Propongo que, por ejmeplo, cada bautizo lo patrocine un clásico: Quevedo, Joyce, ¿Voltaire?; además, cuando se lea una epístola, que se analice el emisor, receptor, canal, etc. así como función lingüística dominante.
Así nunca más diríamos que no nos hemos enterado de la misa la mitad.
Un saludo.

Sergio Recio dijo...

De acuerdo con ambos en cierto sentido.
EN cuanto a las temáticas, estoy contigo, amigo Antonio, en que un patrocinio de Joyce o Voltaire en una misa sería un favor impagable al resto de la humanidad.
Démosle tiempo al tiempo...

Un saludo

Anónimo dijo...

Brillante... ¡Brillante!

Anónimo dijo...

¡Excelente propuesta! Pero propongo algún retoque, a saber:
Tendríamos que elegir una o dos materias privilegiadas que serían sobre las que se impartiría clase en misa y el resto quedaría englobado dentro de un genérico denominado "culturilla general". ¿Acaso no se hace eso con la religión católica frente a otras muchas? Ya que nos ponemos lo hacemos todo bien.

O mejor aún, ya que nos ponemos que saquen de una vez la religión de las escuelas y la pongan donde corresponde en la catequesis. Y esto no es perseguir a nadie (que luego se hacen las víctimas) sino poner a cada cosa en el lugar donde el corresponde. Que estamos ya en el siglo XXI, ¡POR DIOS!, jeje.

Saludos, Montse

PD: ¡Madre mía la que se va a liar en mi insti cuando haga esta propuesta pública!, jajaja.

Anónimo dijo...

No es original, pero es muy bueno.
Ver, por ejemplo:
http://crisiseducativa.files.wordpress.com/2007/04/ciencia_y_religion.pdf

Saludos

Anónimo dijo...

Me parece justo intercambio.
Mi propuesta sería la de dar las materias instrumentales: lengua - matemáticas y algo de Cultura General.

Un cordial saludo,

Anónimo dijo...

Me parece una nueva majadería de los ultrainquisidores del falso progreso!!!

Sergio Recio dijo...

Gracias por tu comentario, sr/a anónimo

Anónimo dijo...

¿va en serio? .... ¡lo dudo!

arnadelo dijo...

Me ha encantado, lo copio y pego en mi blog con tu permiso, y por supuesto dejo un enlace al original. Me has quitado las palabras.